jueves, 26 de agosto de 2010

De los 72 migrantes/ On the 72 migrants



El martes 24 de agosto se encontraron los cadáveres de 72 personas en el municipio de San Fernando, en el estado de Tamaulipas al noreste de México. Se dio a conocer que los cuerpos son de migrantes de Centro y Sudamérica que iban en camino a Estados Unidos. Se cree que la masacre fue perpetrada por miembros del cártel de Los Zetas. También se dice que fueron ejecutados ya que no pudieron pagar la extorsión y porque se negaron a trabajar para ese grupo armado.

Esta no es la primera vez que hay secuestros y matanzas de migrantes en México por parte del crimen organizado. Según un informe de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, casi 10,000 migrantes han sido secuestrados en México entre septiembre 2008 y febrero 2009.

Ante esto, el gobierno mexicano dio otro informe donde critica la metodología empleada por la CNDH para llegar a esas cifras.

Esos 72 seres humanos masacrados son el resultado no nada más de una política fallida del Estado mexicano contra el crimen organizado, son el resultado de la pobreza extrema que viven en sus países. Esta pobreza, causada por políticas económicas neoliberales, empuja a hondureños, salvadoreños, guatemaltecos, nicaragüenses a dejar familia y toda una manera de vida atrás para buscar trabajo en Estados Unidos. Como dice Miguel Ángel Granados Chapa (periodista mexicano) en su artículo sobre lo ocurrido, los centroamericanos son "pobres entre los pobres en sus países pobres, [y] se convierten en México en los más vulnerables entre los vulnerables".

Otra cuestión que nos preocupa es la conformación de Los Zetas ya que es un grupo que originalmente desertó del ejército mexicano y que había sido entrenado por los Kaibiles en Guatemala, según varios artículos de la prensa mexicana que reportan esto desde el 2005*. Es preocupante esto por la capacidad sofisticada con la que operan, es decir, tienen a acceso a armas, transporte, gente, y lo peor de todo porque gozan de impunidad.

Esta masacre es prueba, desafortunadamente, de la política migratoria del gobierno mexicano que no garantiza el respeto a los derechos humanos de los migrantes. Prueba también el poco interés de las autoridades por detener los abusos ya que, en el pasado, organizaciones que trabajan con migrantes han reportado abusos y se ha hecho caso omiso, como reporta Amnistía Internacional en este video.


*Francisco Goldman en su libro El arte del asesinato político: ¿Quién mató al obispo?, escribe que en 2005,
El FBI reportó que treinta soldados que habían pertenecido al grupo de los Kaibiles del Ejército guatemalteco, fueron contratados por el cártel mexicano de Los Zetas como sicarios e instructores. En el verano de 2006, la gente en México se escandalizó por la serie de asesinatos macabros cometidos en contra de rivales y enemigos de ese cártel. Los periodistas atribuyeron los asesinatos a esos sicarios Kaibiles. Las decapitaciones, decían los reportes, fueron hechas de una manera especial asociada a los Kaibiles, quienes utilizaron bayonetas extremadamente afiladas,(pp. 328-329).
(El libro de Goldman ya está editado en español por Anagrama, aunque esta traducción es nuestra)


On Tuesday August 24, 72 bodies were found in an open pit in the municipality of San Fernando in the northeastern Mexican state of Tamaulipas. It was also informed that the bodies belonged to migrants from Central and South America who were on their way to the United States. It is believed that the massacre was perpetrated by members of Los Zetas, a drug cartel. Allegedly the migrants were extorted for money and could not pay, later on they rejected working for that armed group as payment and were murdered.

This is not the first time organizaed crime kidnaps and kills migrants in Mexico. According to a report by the National Human Rights Commission, between September 2008 and February 2009, there were almost 10,000 migrant kidnappings.

In view of this, the mexican government came up with another report where it criticizes the methodology utilized by the Human Rights Commission in order to obtain those statistics.

Those 72 human beings that were massacred are the result not only of a Mexican government's failed policy against organized crime, but also a result of the extreme poverty that migrants endure in their countries. This poverty, aggravated and caused by neoliberal economic policies, have pushed Hondurans, Salvadorans, Guatemalans, Nicaraguans to leave their families and a whole way of living in order to find a job in the U.S. As Miguel Ángel Granados Chapa, Mexican journalist, has said about the massacre in this article in Spanish, Central American migrants are “the poorest among the poor in their poverty-stricken countries, [and] in Mexico, they become the most vulnerable among the vulnerable.”

Another issue that's of concern, is the formation of Los Zetas since this is a group which was originally made up of Mexican Army deserters. Some of those deserters had also been trained by the Kaibiles group of Guatemala, a special forces battalion within the Guatemalan Army, according to various articles in Spanish and that have been reporting this since 2005*. This is of concern because of the sophisticated way in which they operate, meaning their access to weapons, transport and people. Worst off is the fact, as we've seen before, they have full impunity.


Unfortunately, this massacre is proof of Mexico's failed migratrion policy, which does not guarantee the respect of human rights. It proves the lack of interest from Mexican authorities to stop abuses against migrants since, in the past, those abuses have been reported by numerous organizations that work with migrants, as Amnesty International reports in this video in Spanish, and the translated written version in English.




*According to Francisco Goldman, in his book The Art of Political Murder: Who Killed the Bishop?, in 2005:
The FBI reported that thirty former Guatemalan Army Kaibiles had been hired by the Mexican 'Zeta' (sic) drug cartel as assassins and instructors. In the summer of 2006, Mexicans were scandalized by a series of gruesome murders carried out against that cartel's rivals adn enemies. Reporters attributed the murders to the hired Kaibil assassins. Beheadings, the reports said, were carried out in a special manner associated with the Kaibiles, using razor-sharp bayonets, (pp. 328-329).

No hay comentarios:

Publicar un comentario